Las expresiones manifestadas por militantes y simpatizantes de Morena para tratar de influir en la designación del candidato a la gubernatura de Puebla, son parte de la lucha encarnizada por el poder.
Y son las huestes del senador Alejandro Armenta, quienes mayor actividad política han mostrado.
Y no es para menos: el millón 440 mil votos que Armenta logró en la elección del 2018, son el principal motivo para exigir la candidatura.
El mismo Armenta sabe que hoy o nunca debe cristalizar sus sueños políticos, pues en 5 años el panorama político cambiará.
Me explico: si el gobernador es Luis Miguel Barbosa, las condiciones se le acomodarían a Fernando Manzanilla Prieto, para ser el sucesor de Barbosa.
No importa que Manzanilla hace tiempo haya pactado con Armenta, pues por el poder las traiciones son comunes.
Y lo que verdaderamente se disputan los grupos internos de Morena, es el proyecto político que habrá de gobernar por lo menos 12 años.
Porque lo que no cabe duda, es que quien gane la candidatura por Morena, será el próximo gobernador de Puebla.