¿De dónde salen tantas casas encuestadoras?
Muchas representan el oportunismo de sus dueños de ganar dinero fácil con trampa, ofreciendo sus servicios al mejor postor y prestándose a manipular números para satisfacción de ambas partes.
Las menos son de calidad comprobada, de prestigio construido al paso de los años, sin que esto represente perfección o la posibilidad de no cometer errores, demostrando claridad en sus métodos y confiabilidad en sus resultados. La honestidad es lo que las hace prevalecer. Estas son las que no fallan, son las que salvan la credibilidad de esta forma de medir las tendencias del voto.
Las encuestadoras son necesarias, forman parte del sistema político electoral en el mundo, incluso en el escenario de las apuestas en las casas de juego, en el deporte, en el espectáculo.
Todas cobran, es un trabajo, pero no todas defraudan ni chantajean ni se dejan sobornar.
Son precisamente esas empresas encuestadoras las que vaticinan que Claudia Sheinbaum vencerá en la elección presidencial a Xóchitl Gálvez.
Cuando van a cerrar la tercera semana de campaña, la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia, lidera las preferencias con el 61%, manteniéndose como favorita rumbo al 2 de junio; en tanto, Xóchitl, representando a la alianza Fuerza y Corazón por México, apenas llega al 32 %, es decir, 29 puntos abajo.
Prácticamente son los mismos números con los que llegaron a la candidatura, señala la plataforma Polls.mx, que recopila, analiza y promedia los resultados de diferentes encuestadoras.
Por lo tanto, los estudiosos refieren que no hay forma de que se reviertan las tendencias.
En el mismo caso está Alejandro Armenta en Puebla y 6 candidatos más de la coalición que buscan gubernaturas y la jefatura de la Ciudad de México.
GobernArte, concede a Alejandro Armenta el 49% de intención de voto y una ventaja de 23 puntos sobre Eduardo Rivera, con una metodología de 1,500 entrevistas telefónicas directas.
RUBRUM, se ha caracterizado por su certeza y sostiene que Armenta tiene una ventaja de 24 puntos porcentuales y los analistas señalan que esto pinta como una estrategia de no bajar los brazos, de cuidar la ventaja, de no equivocarse y menos confiarse en la capital del Estado y la zona metropolitana.
FactoMétrica, es contundente con su pregunta en Puebla: ¿Por quién votaría para Gobernador?, arrojando que el 62% elegiría a Armenta, por 26.4% de Rivera Pérez, quedando rezagado Fernando Morales con el 2.9%. ¡La distancia es de 36 puntos!
Enkoll, refiere que Armenta tiene el 59% de preferencias efectivas, por 40% de Rivera, mandando al 1% a Fernando Morales.
La encuesta de encuestas Polls.mx, apunta que las preferencias en Puebla son favorables a Armenta, con una ventaja de 25.4 puntos porcentuales. El estudio hecho por Mitofsky de Roy Campos, reporta que el 61.5% de los entrevistados votaría por Armenta, mientras que el 36.1% lo haría por Rivera. El método fue de 1,000 entrevistas en vivienda a nivel estatal.
Vale la pena mencionar una encuesta poblana, Indaga, que ha sorprendido desde hace 8 años con sus trabajos de campo de resultados reales, no inventados. Su último trabajo, con 1,000 encuestados de manera directa en vivienda, confirma que Alejandro Armenta aventaja con 23 puntos a Eduardo Rivera. Prácticamente irreversible.
Xóchitl Gálvez, no ha podido sacudirse de la conciencia ciudadana los negativos que representan sujetos como “Alito” Moreno y el soberbio Marko Cortés, cachados en negociaciones turbias con candidaturas y posiciones en el gobierno, en caso de ganar.
Tampoco puede desligarse de Javier Lozano Alarcón, “La Chiva Loca” que llegó a Puebla a dividir a los panistas y priistas. El PRD no cuenta, prácticamente. Y qué decir de Néstor Camarillo, el mercader de candidaturas; el desvergonzado candidato “indígena” a senador que maneja camionetas suburban y viste ropa de marcas prestigiadas.
POSDATA: Durante el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, fui objeto de hostigamiento, llamadas de atención, amenazas y agresiones. Lo mismo me sucedió con José Juan Espinosa, cuando era alcalde de San Pedro Cholula.
Nunca acepté trabajar para Moreno Valle Rosas, a pesar de los ofrecimientos. Lo puede atestiguar Marcelo García Almaguer. Eso me costó la persecución.
Estoy acostumbrado a cumplir mi palabra de hombre y no fallar a mis convicciones. Detesto la traición; me rebelo ante la infamia.
El sábado, por la tarde, fui objeto de una agresión que quedó en el destrozo del medallón del vehículo.
Estoy listo.
POSDATA 2: De nadie es la culpa de la ambición perversa y las mentiras de Néstor Camarillo con tal de conseguir la senaduría. Gusta de tirar la piedra y esconder la mano. Es una lástima que su papá, Isidro Camarillo, quien fue mi amigo, haya dado muestras de carácter y de aceptar cuando perdía. Nada le aprendió su hijo.
POSDATA 3: Si la farsa y la venganza son “cualidades” de Ignacio Mier Velazco, todavía tiene tiempo de invocar a Chabelo y catafixiarlas. Cualquier cosa es mejor.
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