Randy Arozarena estaba contagiado de coronavirus hace dos meses, el principal bateador de los Rays, que nada más y nada menos se encuentran en Arlington, Texas, para disputar la Serie Mundial ante Los Angeles Dodgers. Randy Arozarena y la cábala de las botas que heredó en México y lo llevó a la Serie Mundial
“Cuando te pasan cosas como las que me pasaron a mí, generalmente te desanimas”, señaló Arozarena en el nuevo Globe Life Field de los Texas Rangers, primer estadio neutral que alberga el Clásico de Otoño.
“Antes de que me diera el virus, tenía mi mente muy positiva sobre la temporada, pero cuando me contagié, sólo pensaba en tratar de salir de eso, porque ese virus estaba matando mucha gente”, relató el pelotero.
“El virus hizo que me olvidara un poco de la pelota. La pandemia ha matado a muchos en el mundo. Tenerlo da miedo a morir”, agregó el cubano.
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El cubano Randy Arozarena ha sido clave para el éxito de los Rays en 2020, desde que el equipo decidió promoverlo a Grandes Ligas. Sin embargo, St. Louis decidió sacrificar al cubano en enero pasado para adquirir a dos prospectos, principalmente el lanzador zurdo Matthew Liberatore.
“Cuando se hizo el cambio, me sentí mal, porque pensé que había hecho algo mal, pero mucha gente me explicó que eso es normal en la pelota profesional”, dijo Arozarena.
El desempeño de Arozarena, quien ha impuesto varias marcas ofensivas para jugadores novatos en la Postemporada, es tan notable, que su manager lo llamó “nuestro Mookie Betts”, en referencia a la mega estrella y jardinero derecho de los Dodgers, quien tiene un premio como Jugador Más Valioso de Grandes Ligas, cuatro Guantes de Oro y un contrato de $365 millones.
“Es asombroso lo consistente que ha sido Randy. Simplemente fenomenal”, dijo Cash.
“Uno tiene que sobreponerse a todas las circunstancias que te ponga la vida y seguir adelante”, destacó Arozarena, quien conectó cuatro cuadrangulares en la final del Joven Circuito.
“Desde que el coronavirus salió de mi cuerpo y me subieron, siempre tuve el objetivo de llegar a la Serie Mundial y, afortunadamente, estamos aquí. Me siento muy contento”, dijo Arozarena sobre los cambios que ha sufrido en su vida, desde que se quedó huérfano de padre a los 15 años de edad y luego, salir de Cuba, llegar a las ligas mayores y superar el COVID-19.
“Disputar una Serie Mundial en mi segunda temporada en Grandes Ligas es una experiencia que disfruto al máximo. La vida es buena”, aseguró el pelotero caribeño.
Con información de ESPN.