En un acto de liderazgo internacional, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, presentó ante la Cumbre de Líderes del G-20, celebrada en Río de Janeiro, una propuesta que cuestiona de manera directa las prioridades del orden global contemporáneo. Con la firmeza que caracteriza al Segundo Piso de la Cuarta Transformación, la mandataria llamó a las naciones más poderosas a destinar apenas el 1 % de su gasto militar para la creación del fondo de reforestación más grande de la historia, subrayando que la verdadera seguridad global se construye con justicia social y bienestar, no con armamento.

La iniciativa, inspirada en el programa mexicano Sembrando Vida, propone redirigir alrededor de 24 mil millones de dólares anuales de la economía orientada al armamentismo hacia la regeneración ambiental y social. Con estos recursos, se podría apoyar a cerca de seis millones de sembradoras y sembradores en todo el mundo y avanzar en la restauración de hasta 15 millones de hectáreas, convirtiendo una parte del gasto destinado a la destrucción en una inversión para la vida. Más que un plan ambiental, la propuesta constituye un planteamiento humanista que vincula la lucha contra el cambio climático con el combate a la pobreza.

Durante su intervención, Sheinbaum Pardo señaló la paradoja de un sistema internacional en el que el gasto en armamento crece a un ritmo muy superior al de la economía global, mientras cerca de 700 millones de personas continúan viviendo en condiciones de pobreza. “Es absurdo que haya más recursos para las armas que para atender el hambre”, afirmó la Presidenta, posicionando a México como un referente de una diplomacia que privilegia la paz, la cooperación y el desarrollo por encima de la confrontación.

El modelo de Sembrando Vida, que en México beneficia a más de 439 000 familias y ha impulsado la siembra de más de mil millones de árboles, fue presentado como evidencia de que los programas sociales de la Cuarta Transformación son replicables y efectivos. Al fortalecer el tejido social y dignificar el trabajo en el campo, esta estrategia ha contribuido tanto a la autosuficiencia alimentaria como a la captura de millones de toneladas de CO₂, demostrando que es posible articular bienestar social y sostenibilidad ambiental.

La propuesta fue recibida en el foro internacional como una llamada a replantear el uso de los recursos globales y a romper con la inercia de un modelo centrado en el armamentismo. Al introducir conceptos como “amor” y “generosidad” en un espacio tradicionalmente dominado por intereses geopolíticos y económicos, Claudia Sheinbaum reafirmó que México impulsa una política exterior basada en el Humanismo Mexicano y en la búsqueda de soluciones colectivas a los grandes desafíos de la humanidad.

Con esta participación, la Presidenta consolida su perfil como una de las figuras más relevantes en la agenda ambiental y social a nivel internacional, y deja claro que su gobierno continuará promoviendo la prosperidad compartida a escala global. México, desde esta visión, asume un papel activo en la defensa del planeta y de los sectores más vulnerables, reafirmando el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres, en cada rincón del mundo.

@_Melchisedech