Hizo mucho daño a Puebla y los poblanos.
Aprendió a ser perversa, vengativa y desleal.
Acumuló mucho odio y rencor por sus complejos y frustraciones.
Su situación “familiar” la hace infeliz.
En los últimos meses deambulaba como un alma en pena sin entender lo que la vida le cobraba.
No le importó sumar enemigos y presumía que por ella muchos habían sido encarcelados.
Hoy ellos comienzan a ser liberados y ella vive en su propia prisión: la orfandad y el miedo.
Dios depura su mundo y nos quita a seres de oscuridad que le sirvieron al mal.
Me siento contento, feliz, agradecido con Dios.
Ella tendrá que enfrentar la ley. Huelo justicia muy pronto…