Ella es recomendada del policía Manuel Alonso García, quien quebrantó la dependencia en los tiempos del gobierno interino cuando tenía en su poder la Secretaría de Seguridad.
Guzmán tendrá que terminar de inmediato con los vicios que encantan a quienes llegan a ese lugar y descubren la mina de oro que es.
Pocos son los policías auxiliares que están dispuestos a entregar su vida por la sociedad, porque simplemente no les cumplen lo que les prometen en términos económicos y de armamento. Desde ahí comienzan las fallas en esa institución.
Sobra enumerar el acoso, maltrato y explotación laboral, que se traducen en descuentos de sus percepciones salariales.
Sus elementos sólo tienen sus redes sociales para manifestarse, porque si lo hacen público, son blanco de feroces ataques y persecuciones de los directivos en turno.
Adivino usted querido lector: esos que se convierten en los delincuentes que persiguen a los policías.