En Morena, el exceso de confianza y la disputa interna entre las tribus, podría facilitar que el Partido Acción Nacional (PAN), gane espacios importantes en el 2024.
Morena necesita escoger a verdaderos liderazgos con trabajo y capital político, comenzando con quien será candidato presidente de México, a gobernadores, para que éstos sean apoyado por los candidatos al Senado, a alcaldes y los candidatos a diputados federales y locales.
En el PAN hay más madurez y racionalidad porque están perfectamente identificados los liderazgos. Y vaya que sobran.
El caso de Puebla ilustra perfectamente lo anterior. Tienen al alcalde Eduardo Rivera Pérez como su carta más fuerte para la candidatura a la gubernatura y al diputado federal Mario Riestra Piña, para la alcaldía de Puebla.
Mario le sumaría un vasto capital político y simpatías a Rivera Pérez, además de quienes serían los candidatos a senadores y diputados federales y locales.
El PAN tiene perfiles más competitivos con experiencia probada, mientras que en Morena, muchos esperarán que la marca nuevamente les haga el milagro.
¿Quién de los aspirantes a la alcaldía de Puebla le puede sumar a su más fuerte aspirante, Alejandro Armenta?
Me temo que nadie, solo la fuerza del gobernador equilibraría esa desigualdad entre Morena y el PRIAN.
Lo mismo sucederá en la CDMX, en donde Sheinbaum necesitará de un candidato bien posicionado, con estructura y capital político.
Aquí también hay varios políticos con experiencia por Morena, pero destaca el nombre de Ricardo Monreal, quien tiene el perfil para competir por la CDMX arropado por importantes tribus de izquierda.
La elección del 2024 no será un día de campo para Morena ni para el PRIAN, por eso es necesario que manden a sus mejores perfiles si es que quieren arrasar en las elecciones.
Cada día se aproxima la elección y falta ver si los dueños del tablero político entran en razón para ayudar a su partido.
