Ahora que todos recordamos con cariño a las personas que han fallecido, vale la pena recordar a los muertos políticos que hacen lo imposible por resucitar, principalmente los priistas.
Por supuesto, a ellos se les recuerda principalmente por sus actos de corrupción, abusos, incapacidad, cinismo, ambición desmedida por el poder y por delitos como enriquecimiento ilícito.
Va la lista de varios de ellos, principalmente miembros del PRI.
- Mario Marín Torres: el ex gobernador ejemplo de la corrupción y el cinismo, difícilmente regresará por la historia que lo rodea.
Cada que aparece con un candidato, lo hunde por su mala imagen.
- Germán Sierra Sánchez: el rey de las derrotas y el símbolo de prepotencia que representa al viejo sistema, es un muerto político.
Literalmente sus días están contados en Conagua porque los empleados de ese lugar lo aborrecen por maltrato.
- Enrique Doger Guerrero. Juran quienes conocen a Doger, que no tiene posibilidades para buscar la gubernatura de Puebla.
La razón: las constantes traiciones que ha cometido en cada elección contra los candidatos de su partido.
Y las filtraciones de información en contra de varios de ellos.
- Enrique Agüera: el ex rector de la BUAP es una víctima del sistema y terminó muy mal su carrera después de ser conocido por miles de poblanos.
- Eduardo Rivera Pérez: el corrupto ex alcalde panista sabe que su futuro político es negro porque lo acompaña la corrupción que tanto adora y su grupo, El Yunque, está debilitado.
- Javier López Zavala, Juan Manuel Vega Rayet , Gerardo Pérez Salazar, Pericles Olivares, Javier Sánchez Galicia, Adolfo Káram, Juan de Dios Bravo, Alejandro Armenta y Alfredo Arango, todos ex empleados de Mario Marín, son muertos políticos.
Su mayor pecado es haber disfrutado la corrupción generada en el marinismo.