Independientemente de la persona que llegue a ocupar la gubernatura, Puebla vivirá largos meses que se reflejarán en indicadores importantes como desarrollo social, inversión, PIB, inseguridad, desempleo y marginación entre otros.
Y las cifras, temo adelantar, no serán halagadoras.
Es un hecho que el mandatario interino llegará a cambiar a funcionarios claves para sacar adelante sus 5 meses de gobierno y dos serán las áreas que deberá cuidar: Finanzas y Seguridad.
Y me pregunto si el gobernador interino de atreverá a cambiar todo el gabinete.
Y a sus secretarios, subsecretarios, coordinadores, directores generales, directores de área, subdirectores, jefes de departamentos y analistas especializados.
¿Quién de los aspirantes tiene grupo y tanta gente para cambiar tantos cargos?
¿El gobernador interino logrará realizar elecciones democráticas sin caer en tentaciones?
Lo cierto es que el partido político que logre imponer al gobernador interino tendrá una amplia ventaja porque operará para sus patrones.
Y por eso, la tan disputada gubernatura interina se ha convertido en la joya de la corona, porque desde ahí saldrán recursos y se operarán programas sociales que en ocasiones son manipulados.