Fué al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando el priismo poblano parecía resucitar a través de los delegados.
Intentaron unificar criterios para presumir los alcances del gobierno peñista.
Incluso, establecieron una fallida política de comunicación que causó más pena que gloria, al grado que varios de ellos se burlaban de las ocurrencias del enviado del gobierno federal
Pero su ADN los traicionó y de pronto varios de ellos se mandaban mensajes en los medios de comunicación, como consecuencia de la disputa por el poder.
Por eso varios son los enfrentamientos entre los priistas que se despedazan por escalar puestos públicos durante la orfandad que enfrentan.
Quien ha sumado cada día más enemigos es el líder del PRI Jorge Estefan Chidiac, quien sostiene fuertes enfrentamientos con el delegado del IMSS Enrique Doger y con el subsecretario de la SEDATU Juan Carlos Lastiri.
En ambos casos, Estefan ha perdido, pues con Doger no pudo imponer a su "amiguita" y a Lastiri lo ve como un enemigo político que pudiera ser abanderado en el 2018.
Nadie ha podido ni querido poner fin a los enfrentamientos entre los priistas por una sencilla razón: ambicionan el mínimo espacio para seguir como depredadores del presupuesto.
Y por eso, los choques entre ellos que exhiben su ambición y desesperación.
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