El Presidente de México Enrique Peña Nieto, tiene un verdadero desprecio a los legisladores.
Por eso envió a un funcionario de segunda, a entregar su (des)informe de gobierno. El penúltimo afortunadamente.
Peña Nieto ya no tiene tiempo para cumplir a los mexicanos lo que prometió durante su campaña hace seis años.
Lo que resta de su gobierno lo utilizará para maquillar y limpiar el cochinero en el que se ha convertido su gobierno.
A los 120 millones de mexicanos que nos prometió mejor calidad de vida nos engañó.
Solo han sido beneficiados su familia (esposa e hijos), sus funcionarios, sus cómplices y sus aliados. Nadie más y en ese estricto orden.
En Seguridad, no hay un solo mexicano que no conozca a un familiar cercano que haya sido víctima de un delito.
Ni qué decir del incremento del crimen organizado con el que Peña Nieto ha sido tan complaciente.
En el tema de Economía, su gobierno no ha logrado que a millones de mexicanos les alcance cubrir -con lo que ganan-, la canasta y servicios básicos.
Inflación, desempleo, incremento de pobreza y nulo crecimiento económico, son los logros con medalla de oro para el gobierno peñista.
En Desarrollo Social siguen millones de mexicanos sin gozar los servicios públicos como agua, piso y techo digno y asistencia social entre otros.
En Salud hay grandes carencias en los hospitales públicos y sus funcionarios o directivos se enriquecen con el presupuesto destinado a salvar la vida de los mexicanos.
De Democracia, Peña Nieto nos expuso lo que significa para él esa palabra: se robó la elección en el Edomex y desvió recursos de manera cínica.
Siempre lo he dicho: si Peña Nieto tiene que matar por poder , lo hará.
Y un tema que sigue pendiente es el combate a la corrupción.
El monumento a la corrupción que los mexicanos siempre recordaremos, es la conocida "Casa Blanca" con valor de 87 millones de pesos que cínicamente su esposa presumió y defendió.
O las propiedades de Osorio Chong y Videgaray.
Peña Nieto le debe a los mexicanos y le cobraremos todo con nuestro voto en el 2018.
