Las autoridades mexicanas disolvieron el sábado una caravana de unos dos mil migrantes que habían partido del sur de México con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
Un despliegue de las fuerzas de seguridad sorprendió a los extranjeros nueve kilómetros antes de ingresar al municipio de Huixtla, donde está noche harían su primera escala para descansar y continuar después el trayecto.
Otro grupo de la Guardia Nacional se ubicó detrás del contingente de migrantes y los "encapsuló", pero éstos dejaron la carretera federal, se desviaron a un camino de terracería y se fueron al monte