A cuatro meses de la captura del delincuente Arturo Rueda Sánchez de la Vega, preso en el penal de Tepexi de Rodríguez por los delitos de extorsión, uso de recursos de procedencia ilícita y lavado de dinero, quedan dos viudas a quienes les ganó la ambición.
La primera es la diputada local Nora Merino Escamilla, quien pretendía ayudar al delincuente a conseguir un certificado falso de Covid para que lo trasladaran a un hospital.
Y el segundo es el actual secretario del Trabajo Gabriel Biestro Medinilla, ex jefe de la diputada y quien traicionó al mandatario Barbosa al aceptar reunirse con Ignacio Mier Velazco, jefe del delincuente.
Ambos son muertos políticos porque no alcanzaron un lugar en el Consejo Nacional de Morena.
Biestro está apestado y no pesaron ni sirvieron sus credenciales como ex presidente de Morena y líder del Congreso.
A Nora no le sirvió su reelección que pasó de panzazo.
Los dos traicionaron al mandatario Miguel Barbosa porque fueron a entregarse a los brazos de Nachito Mier, quien terminó por abandonarlos como a Rueda y otros.
Hoy los dos conspiran en cafés, con pseudo periodistas, se escriben mensajes desde teléfonos privados y piden saltar al barco del 2024.
Su lealtad se desmoronó como su mediocre carrera política.