Con la finalidad de promover la filosofía del respeto y gratitud hacia la naturaleza, en la población de Santa Ana Teloxtoc, en Tehuacán, estudiantes del Complejo Regional Sur de la BUAP participan como voluntarios en proyectos impulsados por The Organization for Industrial, Spiritual and Cultural Advancement-International (OISCA), capítulo México, que consisten en la creación de huertos familiares en hidroponía simplificada y en el rescate de semillas de plantas que están en peligro de extinción.
Paola Ortiz Salazar, Sarahí Villanueva Tomasa, Ascensión Juárez Sánchez, Citlally Soriano Coronel, Rose Mary Rodríguez, Moisés Peña Rodríguez, Ana Hernández Rodríguez y Rosa Carrillo Pacheco son los estudiantes del Complejo Regional Sur que enseñan a las familias cómo hacer sus propios huertos para consumir hortalizas limpias, libres de insecticidas y pesticidas dañinos para la salud.
“En camas de madera, llantas o huacales cultivamos desde lechuga, rábano, cilantro, acelga, pepino, melones, ejotes, y en lugar de sustancias químicas utilizamos repelentes naturales que mantienen a las plagas bajo control. Mediante esta actividad pretendemos inculcar en las familias la práctica de valores, como el respeto, la justicia y la gratitud”, explicó Moisés Peña.
En estos cultivos, los estudiantes trabajan con dos métodos. Uno es por sustrato, en el que utilizan zeolita y tepezil, minerales capaces de retener agua y contener la humedad. Otro es por raíz flotante en el que utilizan superficies hechas de corteza de árbol y de unicel, para plantas pequeñas como la lechuga.
Los huertos también se han instalado en dos escuelas y en el albergue de la localidad, lo que ha permitido que los niños aprendan y se interesen en esta práctica, además de que tienen la posibilidad de consumir los alimentos que ahí mismo se cultivan.
El bosque de los niños
Otro de los programas en la comunidad es “El bosque de los niños”, mediante el cual se busca rescatar plantas endémicas de la región. Con ese fin, los universitarios enseñan a los niños, maestros y familias de la comunidad a identificar y recolectar diferentes especies, como cactáceas, agaves y algunas que están en peligro de extinción, como el sotolín estrella, sangre de drago y encino, entre otros.
“Les explicamos el proceso que deben seguir para recolectar una semilla, a qué lugares deben ir, de qué tipo, cómo almacenarlas, su porcentaje de germinación, etcétera, y una vez que las plantas alcanzan el tamaño adecuado son llevadas a alguna zona natural de la región, para que la gente continúe cuidándolas y se fomente el respeto hacia la naturaleza”.
Esta labor la han trabajado con cerca de 90 niños, de las dos escuelas y del albergue. La respuesta ha sido positiva, pues además de aprender sobre el cultivo y recolección, se interesan por el cuidado del medio ambiente.
Mariana Vaquero Martínez, directora del Complejo Regional Sur, mencionó que con el reciente convenio establecido entre la BUAP y OISCA se pretende reforzar estas acciones e involucrar a más estudiantes de la BUAP en estas acciones, a través de la práctica profesional y el servicio social.
José Martín Atela Echevarría, presidente de OISCA Internacional, capítulo México, enfatizó que los lazos de cooperación con la BUAP han permitido promover el desarrollo de la región mediante estos trabajos.