A pesar de los esfuerzos del gobierno estadounidense, los cárteles del narcotráfico siguen expandiendo su influencia al establecer alianzas con pandillas y organizaciones internacionales, de acuerdo con la agencia antidroga (DEA, por sus siglas en inglés).
Por su tamaño, impacto, violencia, y capacidad de operación, la DEA pone especial atención en seis cárteles de la droga mexicanos: Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de los Beltrán Leyva, de Juárez, del Golfo, y los Zetas. Todos ellos trafican, anualmente, grandes cantidades de marihuana, fentanilo, cocaína, heroína, y metanfetamina.
El presidente Donald Trump afirmó durante una visita al Comando Sur de Estados Unidos en Miami, Florida, que se compromete a trabajar “incansablemente” para desmantelar a los cárteles y terminar con el tráfico ilegal de drogas, una lucha que ha ocasionado la muerte de miles de personas.
Cártel de Sinaloa
De acuerdo con documentos de la DEA, la organización es considerada como una de las más antiguas en México y con la mayoría de sus actividades en la costa del Pacífico. El cártel se diferencia de los otros mexicanos por mantener operaciones en todo el mundo.
Cártel Jalisco Nueva Generación
Este cártel es el segundo con mayor influencia en Estados Unidos, solamente después del de Sinaloa. El CJNG es relativamente nuevo, comparado con las otras organizaciones criminales. La DEA también lo describe como “uno de los más poderosos” y con mayor crecimiento: ha establecido una compleja red de distribución en el territorio estadounidense.
Sin embargo, en Estados Unidos también existen cárteles de la droga considerados “domésticos” (originarios de ese país) que le han quitado a los mexicanos el control de territorios y mercados en la unión americana.
Así lo admitió Polo Ruiz, un alto funcionario de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), al periodista Jesús Esquivel, cuyas declaraciones fueron publicadas en el semanario Proceso.