Desde hace más de una década, los reportes de inteligencia de Asia y Estados Unidos advierten de una realidad: Corea del Norte tiene patógenos capaces de causar viruela y ántrax, pero carece del equipamiento y el conocimiento para desarrollarlos como armas. Sin embargo, nuevos informes elevaron las alertas por el avance de la dictadura de Kim Jong-un en el campo de la bioteconología, lo que sumaría un nuevo componente al régimen nuclear.
Corea del Norte está avanzando sin pausa para poder ensamblar un programa de bioarmas avanzadas, desde fábricas que produzcan microbios a gran escala hasta laboratorios especializados en modificación genética, según oficiales de inteligencia y expertos en armamento consultados por el Washington Post. En paralelo, el régimen de Kim Jong-un está enviando a investigadores locales a especializarse en el exterior para cursos de microbiología.
"Se sabe por varias fuentes que los norcoreanos tienen agentes biológicos. La pregunta que ronda es por qué han adquirido el material y desarrollado la ciencia, pero no han producido armas", comentó un alto funcionario, bajo condición de anonimato. El experto advirtió además que los avances podrían ser difíciles de detectar, ya que el desarrollo se realiza en fábricas y laboratorios que funcionan para productos agrícolas y farmacéuticos, y no en instalaciones militares.
El régimen comunista ha negado en varias oportunidades que esté desarrollando armas nucleares, pero una visita en 2015 de Kim al recientemente inaugurado Instituto Biotecnológico de Pyongyang arrojó más luces al respecto. Según la prensa estatal, se trata de un centro de desarrollo de pesticidas, pero analistas estadounidenses sostuvieron, en base a las imágenes oficiales, que había equipamiento diseñado para fermentar grandes cantidades de microbios y sistemas para convertir millones de esporas bacteriales en un polvo fino para lograr una fácil dispersión.
"Es difícil evitar la conclusión de que el instituto busca producir tandas de escala militar de ántrax", sostuvo entonces Melissa Hanham en el sitio especializado 38 North. Incluso si no estuviese siendo usado para ese fin, la investigadora resaltó que el equipamiento permite tales actividades, por lo que el potencial persiste.
Si bien el arsenal nuclear es la principal amenaza del régimen de Kim, las tropas surcoreanas y estadounidenses dan por hecho que es posible un ataque biológico, y los soldados son rutinariamente vacunados contra estas enfermedades.
Sin embargo, determinar con precisión la capacidad de Corea del Norte para usar tal armamento es un reto para las agencias de inteligencia.
Los funcionarios de inteligencia coinciden en que Pyongyang ha experimentado con varias cepas, incluyendo microbios que causan ántrax, cólera y peste bubónica, además de tener muestras de viruela.
La preocupación se centra en la presunción de que, en una eventual guerra, las unidades de infantería se enfrentarían con este tipo de armamento, invisible y de rápido avance.