Con este decreto México se sumaría a los casi 80 gobiernos del mundo que ya lo han hecho: “Decretar la emergencia climática no es un acto simbólico, se trata de que cada persona haga lo que está en sus manos para frenar este problema. En el caso de los legisladores y las legisladoras se trata de aprobar diversas iniciativas para reconocer los derechos de la naturaleza, iniciativas que están congeladas. Replantear algunos proyectos estratégicos del Gobierno, prohibir el uso de plásticos de un solo uso, transitar a energías verdes, y otorgar una cantidad importante para esta materia en el presupuesto de egresos”, dijo.
La legisladora hizo un llamado al Senado de la República para que apoyen esta propuesta y voten a favor del reconocimiento de la emergencia climática en el país. Estuvo acompañada por Enrique Murat, senador con licencia; Raúl Bolaños, presidente de la Comisión de Medio Ambiente en el Senado; Jorge Villarreal, de la Iniciativa Climática de México (ICM); Anaid Velasco Ramírez del Centro Mexicano De Derecho Ambiental (Cemda); y Stephan Brodziak, del Poder del Consumidor.
Jorge Villarreal del ICM dijo que, de no reconocer la emergencia climática, la zona semiárida de México se verá afectada en los cultivos, la disponibilidad de agua y la producción de energía. A su vez, Anaid Velasco del Cemda subrayó que el año pasado México tuvo 20 mil desplazados internos a consecuencia del cambio climático, lo cual implica retos en políticas públicas, retos en los gobiernos y cambios demográficos significativos.
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Por su parte, Stephan Brodziak del Poder del Consumidor dijo que México se está tardando en implementar las acciones adecuadas para proteger el medio ambiente. “Nos quedan muy pocos años para poder revertir lo que como humanos hemos hecho desde hace dos siglos. Es urgente implementar medidas drásticas, ya no estamos en la era de las políticas cómodas ni en la época de los cambios fáciles”, puntualizó.
Para concluir, la senadora Verónica Delgadillo hizo un llamado al presidente de la República para que reconsidere sus proyectos y replanteé el rumbo de su política medioambiental; a las grandes empresas para que transformen sus sistemas de producción y distribución; y, a los medios de comunicación para sensibilizar y amplificar esta problemática.
“Es un llamado a todas las personas para que nos sumemos a ser ambientalistas, aunque seamos ambientalistas imperfectos, cada individuo puede aportar algo para frenar la crisis climática. En esta lucha nadie sobra. Ayudemos a parar nuestra extinción”, concluyó.
