La viuda de Luciano Pavarotti, Nicoletta Mantovani, explica en una entrevista con motivo del lanzamiento de un disco que recoge las piezas que le convirtieron en leyenda, que el tenor sentía el deber de llevar la ópera a todos.
Durante estos diez años sin el maestro, Nicoletta Mantovani, la que fue su secretaria y después su esposa y madre de su hija, Alice, se ha dedicado a conservar y difundir el recuerdo y el legado del Tenor del siglo.
El Tenor del siglo (Universal Music) es el nombre de este nuevo álbum recopilatorio que incluye algunas joyas como los extractos del concurso que ganó para interpretar “La Boheme” en 1961 y que le lanzaron al estrellato o el recital de 1989 donde el exigente público del Teatro Liceu de Barcelona (España) se puso en pie para aclamar a Pavarotti.
A este mundo de la música lírica que se quedó huérfano cuando el cáncer de páncreas se llevó al maestro el 6 de septiembre de 2007, Mantovani recuerda que el principal legado de Pavarotti es que “llevó la ópera a todos”.
“Decía que la gente que no ama la ópera es porque no la conoce y por ello su objetivo fue que se conociese y de ahí decidió cantar con estrellas del pop. Ahora la ópera es más conocida por esa razón”, subraya.
Su viuda asegura que no lo hizo por vanidad o por alcanzar la fama, sino porque “Luciano fue una persona de verdad, que nunca hizo algo porque tenía que hacerlo. Hacia cosas que le venían del alma”.
“El estaba convencido que había recibido un regalo de Dios y que su deber era compartirlo con los demás. Cantaba con una pasión que la gente lo sentía llegar directamente al corazón”, añade.
Con información: El Sol de Puebla