Ocurrió poco después de la muerte de Martha Erika Alonso de Moreno Valle.
En pleno luto, a días de haber fallecido su querida hermana, Florentino Alonso buscó a un hombre poderoso y lo invitó a desayunar a su casa.
El emisario del mensaje fue el hermano del hombre poderoso, quien desistió la invitación y pidió a su hermano que atendiera a Florentino.
Ya en pleno desayuno, el hermano de Martha Erika pidió que le respetaran diversos contratos que ya traía “amarrados” con empresarios.
Su interlocutor llevó el mensaje al hombre que entrega todos los contratos de ese tipo y su respuesta fue: “a poco él nos dijo vengan y recuperen lo que perdieron cuando les robamos la elección”.
El hombre poderoso sabe que “El Floro”, ni empresario es, tan solo un comisionista que tiene varios acreedores que le exigen cuentas claras.
Y hoy, como a Marín, le esperan sendas denuncias.