Para usar de manera óptima los equipos de asistencia respiratoria (ventiladores) se requiere personal altamente especializado, pues su manejo es muy delicado y un mal uso puede comprometer la salud de los pacientes atendidos, así lo aseguró la doctora Lilia Cedillo Ramírez, investigadora de la BUAP y vocera de la Comisión de Seguimiento de esa institución ante la pandemia del Covid-19.

En el programa “De eso se trata” de Radio BUAP, la doctora Cedillo habló de la importancia del uso de estos aparatos médicos que hoy son de uso vital para atender a los enfermos del llamado coronavirus. No se trata de adiestrar solamente a un médico general para usarlo; “se trata de un médico especialista que ya tiene la experiencia y conoce a la perfección el funcionamiento de un pulmón y las necesidades de cada individuo”.

Un equipo de estos requiere del conocimiento de un especialista, pues no se trata como si fuera abrir una llave y ya el aire entra. No es así, asegura tajante la investigadora.

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Con este equipo se puede ayudar desde a una persona “que tenga un daño pulmonar leve o puede ayudar a alguien que tiene un daño mayor o total”. Y es que detalla que cada persona tiene requerimientos distintos.

“La fisiología de la respiración es muy compleja, maneja muchos tipos de volúmenes distintos, de acuerdo a cada persona, a su edad, a su estado fisiológico, al estado de sus pulmones, en general a su estado de salud. Cada uno va a tener requerimientos distintos de oxígeno en diferentes órganos. No es así como una programación universal que funcione igual con todo el mundo”, aseguró.

Todas estas características las tiene que tomar en cuenta el médico especialista (por lo regular un neumólogo), “pues un niño no requiere la misma cantidad de oxígeno, que un adulto mayor o que un adulto joven”.

Se usan parámetros, se le llama “gasometría” que le da a los médicos especialista los requerimientos y los valores que se están manejando en la sangre del paciente. Si no se tiene el conocimiento se le puede dar a un paciente menos oxígeno del que requiere, “lo que le puede dañar algún órgano, como el cerebro, lo que podría ocasionar daños irreversibles”. O lo contrario, si se le da más oxígeno del requerido, lo que se puede provocar es que se haga unos pulmones “flojitos”, por decirlo en términos simplistas afirmó la investigadora universitaria.

Así concluye la doctora Cedillo, para manejar este equipo “sí se requiere de personal altamente calificado, que sepa exactamente qué necesita cada persona y cuánto necesita”.