Dos presidentes non gratos vendrán a la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador como presidente constitucional de México.
Me refiero al racista e intolerante Donald Trump, presidente de los EU y al dictador Nicolás Maduro.
Me parece el momento ideal para manifestarnos e inconformarnos con la llegada de Trump, quien lo menos que ha dicho es que los mexicanos son delincuentes.
Y Nicolás Maduro se ha burlado de nuestro sistema político, de los gobernantes y de la tibieza de las autoridades.
Trump y Maduro son dos personajes indefendibles, pero incluso el gringo es más odioso.
Ayer Trump protagonizó un ridículo y lamentable incidente al tratar de humillar al periodista de CNN que cubre la fuente presidencial.
Trump resultó de piel delgada y no tolera que alguien lo encare o cuestione. Es un dictador capitalista.
Mientras tanto, los militantes y simpatizantes de la izquierda mexicana tendrán tiempo para observar y analizar si hay algo que le puedan admirar al dictador Maduro.
Maduro es igual a un tirano, pero ya sabemos que es así; Trump se disfraza con la bandera del primer mundo y el desarrollo aunque en realidad solo es un sociópata al que le urge atención profesional para no poner en jaque la economía mundial.