Nacido en Varsovia, Kepka llegó en 1966 a México para trabajar con los atletas de distancias largas para los Juegos Olímpicos de México 1968 en los que logró dos cuartos lugares con Juan Máximo Martínez en las pruebas de 5 mil y 10 mil metros planos.

Después de eso el técnico trabajó en los años de formación de varios de los mejores maratonistas mexicanos como Rodolfo Gómez, dos veces segundo en el maratón de Nueva York, quien después se erigió como patriarca de la generación de grandes corredores del país que reinaron en las principales carreras de 42 kilómetros 195 metros del mundo entre 1988 y 2003.

De las grandes figuras de esos 15 años, Kepka trabajó en algún momento de sus carreras con Dionicio Cerón, triple monarca del Maratón de Londres, Germán Silva, dos veces campeón en Nueva York, Salvador García, vencedor una vez en la 'Gran Manzana', Arturo Barrios, plusmarquista mundial de 10 mil metros planos, Isidro Rico, subcampeón en Londres y París, y Martín Mondragón, ganador del maratón de Los Ángeles, entre otros.

Polémico, con un carácter duro, Kepka fue reconocido como un obrero del atletismo, obsesionado con la preparación de sus deportistas que registró de manera obsesiva durante años en cuadernos escolares.

Con una buena base cultural, dominio del inglés, francés, ruso, español y latín, Tadeusz fue famoso por su memoria prodigiosa y hasta el momento de su muerte solía recitar los detalles de las mejores actuaciones de sus atletas con parciales incluidos.

"El profe tenía un dicho, primero el ser humano, después del ser humano, luego el ser humano, y ya después el atleta", dijo el entrenador mexicano Bernardo García, una especie de escudero del polaco que trabajó con él durante 35 años.

Kepka luchaba hace unos meses contra un cáncer y aún así trabajó hasta el último día de su vida; ayer estuvo ausente en el entrenamiento y cuando sus atletas le informaron al hijo del estratega, éste fue a buscarlo lo encontró sin vida.