El mundo de los ricos es paralelo al del resto de los mortales. Mientras los segundos buscan un vehículo de segunda mano o se buscan la vida para financiar un kilómetro cero decente, los primeros agotan tiradas de 500 superdeportivos que valen la nimiedad de 850.000 de €. Es lo que ha ocurrido con el McLaren Senna. La escudería de Fórmula 1 de vez en cuando se saca un as de la manga en forma de superdeportivo. Por cualquier jugador de Need For Speed es conocido el Mercedes-McLaren. Ahora le toca el turno a un homenaje al mítico corredor Ayrton Senna.
El cochazo creado por los de Woking está levantando mucho recuelo no solo por su precio, aventurado por medios como The Verge, o por el exitazo en las ventas. Tampoco porque el último modelo no prevendido, el número 500, haya sido subastado por 2,3 millones de €, dinero que irá directo a la fundación Ayrton Senna para ayudar a los niños pobres de Brasil. La polvareda creada por el McLaren Senna se debe a que es un verdadero espectáculo con ruedas.
A tenor de lo visto, el interior se intuye minimalista. Sencillo, lujoso, pero elegante. El McLaren Senna adquiere cierto aire vaporoso gracias a los paneles traslucidos de sus puertas. Un diseño atrevido que permite ver directamente como se pisa el acelerador. El conjunto es, en definitiva, una fantasía solo al alcance de los bolsillos más holgados, sobrados. Poderío aparente, futurismo y aspecto de juguete para un vehículo que, precisamente, no deja de ser esto último.