Carlos Politólogo
Así el elector tiene al menos una lectura parcial de cómo pueden a llegar a gobernar, pues muy probable quien obtenga la nominación de dicho partido sea quien obtenga la victoria el próximo 2024.
Le propongo el siguiente escenario amable lector. Llega usted ante su boleta electoral y con lo primero que se topa es con diversos candidatos de diferentes partidos, punto a favor de la democracia.
Pero…de repente se da cuenta que muchos de esos candidatos o tienen el mismo apellido o acaban de salir del partido donde siempre lo veía siendo ahora el candidato contrario y en una de esas hasta casi todos los candidatos provienen de la misma camarilla. Punto en contra.
Otro “hipotético” escenario es que el nombre de ese candidato pueda ser familiar a sus oídos con la sola mención, mientras que el de otros no. Esto incluso si se trata de los partidos dominantes o en el poder dentro de su región, municipio, estado, etc. La explicación es muy sencilla, los primeros tienen un arraigo regional en la zona que desean gobernar a tal punto que a pesar de ser odiosos si son aceptados como gente del lugar.
Mientras que en el segundo caso se trata de políticos de escritorio, es decir, que nunca o casi nunca han hecho campaña, su forma de conquistar posiciones es la del cabildeo, la compraventa o la componenda, es decir, su carta fuerte es la imposición proveniente de una autoridad superior con la cual tienen buenas migas.
Le explico todo esto amable lector (a) seguramente porque ya está harto de la política y lo entiendo, dado los tiempos polarizantes que se viven, sobre todo. Pero siendo que tanto usted como yo no podemos hacer mucho para evitar que este tipo de cosas cesen, bien podemos poder aprender ciertas cosas que nos ayudarían a tomar una decisión en ese momento que inevitablemente llegará en la jornada electoral. Lo que tiene que aprender es identificar a los diferentes tipos de camaleones políticos y así darse una idea de su posible desempeño en el puesto por el que compiten. Puede hacerlo por medio del análisis de sus principales características.
En días como los nuestros, vale la pena recordar la obra de Víctor Manuel Reynoso, según él existen dos clases de políticos poblanos, aquellos quienes han hecho carrera en el ámbito local de manera que están arraigados y son bien aceptados por los grupos de poder locales (neoavilacamachistas). Y los poblanos del centro (poblanos del D.F.) aquellos quienes se han desenvuelto más que nada en el ámbito federal y por lo mismo apuestan más por la calidad de sus contactos en los comités políticos nacionales y ¿por qué no? en las oficinas de la Secretaría de Gobernación y de la Presidencia de la República.
Esto solo es la punta de lanza, el siguiente paso es averiguar su posición dentro de lo que se denomina “estructura electoral”. Dicho término se refiere a la tipología de municipio donde se encuentra inmerso. Existen los municipios donde el partido en el poder federal donde prácticamente el cien por ciento de votos, hoy tal vez no es muy común, pero suele suceder.
Existen también municipios con un sistema competitivo, es decir, que realmente cualquiera puede ganar y se vive un ambiente de verdadera competencia por el voto. Y finalmente municipios donde el partido en el poder no tiene posibilidades de triunfo, es decir, siempre es derrotado pues no genera las suficientes simpatías y es ampliamente rechazado.
Han pasado varias décadas ya desde aquel lejano 1992 cuando se publicaron estos escritos, sin embargo, lo que ha permanecido inmutable es que tal y como lo señala Reynoso “Puebla reproduce la estructura electoral nacional”. Esto quiere decir amable lector que tal como se ha dado cuenta, las verdaderas elecciones competitivas, aquellas donde tanto usted como sus familiares se interesan y hasta apasionan más es en la de los ayuntamientos, las elecciones a diputados, senadores y presidente de la república y tal vez las de gobernador, pasan a un tenor secundario.
Muy mal ahí mi estimado lector, pues es precisamente estas vicisitudes lo que permiten la reproducción de dos clases de políticos, si la estructura local poblana representa a la nacional también quiere decir que son las zonas rurales donde se deposita el “voto seguro” del partido en el poder de turno en el ámbito federal, mientras que en las zonas urbanas es donde se encuentra la mayor oposición. Es pues que los poblanos del centro anidan por lo general en las elecciones secundarias como la de diputados y senadores y si bien sus adversarios también pueden hacerlo, lo cierto es que probablemente tuvieron que pasar primero por un ayuntamiento. Lo que significa que en ciertos lugares “la dinámica electoral obedece ahí más bien a pugnas entre caciques y/o grupos organizados de campesinos, que en una elección pueden aparecer bajo el membrete de un partido y en la elección siguiente bajo otro”
Si usted pensó que los políticos regionales bien podrían resultar una mejor opción debido a que tal vez conozcan mejor las problemáticas regionales mejor que sus rivales del centro, déjeme decir que tal vez solo está dándole continuidad a una oligarquía que tiene como principal característica la de pensar que la política es parte de su patrimonio familiar. Viejo vestigio de lo que queda del avilacamachismo. Esta realidad dual mexicana en el ámbito electoral son el reflejo de uno de los temas clásicos de la sociología: la distinción entre sociedad tradicional y sociedad moderna. Por lo que al final, la decisión literalmente la tiene usted.
Ciertamente los poblanos del centro son más de escritorio, no saben hacer campaña y a veces hasta carecen de carisma, no hacen campaña para conocer sino para que los conozcan, mientras que los poblanos regionales ciertamente gozan de mayor legitimidad y de aceptación, lo cierto es que ambos tienen puntos a favor y en contra. Lo importante amable lector es que si quiere ejercer inteligentemente su voto es además de informarse de las propuestas, votar conforme a los tiempos que se viven, es decir, conforme a contracorriente de lo que el curriculum de su candidato dominante de acuerdo con su estructura electoral de su municipio. Y desde luego no votar por el mismo partido en todos los cargos, así ambas facciones estarán equilibradas.
Recuerde que, si en varias regiones aparecen casos en los que a pesar de los escándalos la estructura y voto seguro parecen no mermarse, es precisamente por el autoritarismo característico de la imposición del centro, pero éste es producto precisamente de la desestabilidad entre los diversos actores. Pero, sobre todo, es precisamente por el abandono de la política y el desinterés de la población en inmiscuirse en la política fuera de la temporada electoral.