A la presidenta del PAN, Genoveva Huerta Villegas, le es y le será muy difícil encubrir y defender la cloaca que heredaron sus patrones (Rafael y Martha Érika) a los poblanos.

Las pruebas son contundentes: Rafael Moreno Valle y su esposa Martha Érika Alonso, heredaron a los poblanos una nueva clase social que se llama delincuencia organizada.

No hay lugar en donde los Moreno Valle no hayan dejado nexos con los capos con los que co gobernaron.

Y para muestra la relación que tuvieron con el ex edil de Ajalpan Ignacio Salvador Hernández, prófugo de la justicia tras enterarse que era investigado por ser parte del crimen organizado.

A los Moreno Valle no les importó el daño que dejarían a miles de familias poblanas que están expuestas a merced de la delincuencia.

Para ellos el poder político justificaba todo, y todo es pasar por encima de quien fuera y como fuera.

Hoy Genoveva con su acostumbrado cinismo sale a negar y defender la herencia maldita de sus ex patrones, los Reyes de la Maldad.