Son tan cobardes que no defienden ideales y callan por conservar intactos sus intereses.
Aquel 25 de diciembre del 2018, la funcionaria federal fue la encargada de encabezar la ceremonia tras la muerte de los corruptos ex gobernadores Martha Erika y Rafael.
Recibió los embates del morenovallismo encabezado en ese momento por Luis Banck y culparon al gobierno federal de la desgracia.
Hoy esas voces ya no se atreven a asomarse porque saben que tienen largas historias repletas de corrupción.
Los cobardes panistas que incluso están en la campaña fallida de Cárdenas callan por temor a ser exhibida su corrupción.
Y es que varios de ellos fueron cómplices del corrupto régimen morenovallista.
Aquellos militantes y simpatizantes del PAN y del Morenovallismo que gritaron “asesinos”, aquel 25 de diciembre del 2018 a la secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero, hoy están escondidos.
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