Durante su visita por Puebla, el Presidente Enrique Peña Nieto encontró un PRI prostituído con alta dosis de traición.
Encontró también un verdadero cochinero en su partido y a un líder acotado e ignorado por las tribus priistas.
Y es que varios de sus colaboradores son verdaderos mercenarios a las órdenes de las chequeras oficiales.
Peña Nieto llegó a Puebla a inaugurar la unidad habitacional para militares y aprovechó para salar, perdón: grabar un spot televisivo.
El presidente conocido por robarse elecciones, permitir asesinatos electorales, tolerar la delincuencia y hundir en la miseria a millones de mexicanos, no tiene gran aceptación entre los poblanos.
Es imposible borrar los escándalos de corrupción de su esposa y colaboradores.
También los excesos e incapacidad de sus colaboradores.
Ni qué decir de la burla y cinismo por el aumento de la gasolina.
Ese es el presidente Peña Nieto cuyo nivel de aceptación es muy bajo.
Quizá por eso su gente tenga que evitar que los ciudadanos se le acerquen para no recibir reclamos .
A Peña Nieto no le ayudan los conflictos de los priistas poblanos que se disputan como hienas todos los espacios políticos.
Para su mala fortuna, encontró un PRI prostituído y con el cáncer de la traición.
Por si fuera poco, ni sus propios subordinados están convencidos en recuperar Casa Puebla en el 2018.
Mucho menos ganar la presidencia de la República.
Pero ese es otro tema.
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