Fabián Gómez
El panista endurece su rostro cada vez que le preguntan algo que no desea contestar, ignora a su interlocutor y lo desprecia con su mirada. Le molesta e irrita escuchar que perderá.
Los reporteros le insisten y ahora no solo los desprecia, también los quiere desaparecer con la mirada.
Eduardo Rivera Pérez agoniza porque la muerte política vendrá en unos días. nunca entendió que tenía que salir de la ciudad de Puebla y dejar la comodidad del escritorio.
Rivera tampoco tiene hoy el apoyo de un ser perverso lleno de oscuridad que en el pasado reciente lo ayudó a ganar la alcaldía de Puebla.
Su gesto se endurece porque ya no quiere escuchar más, que va abajo en las encuestas y que perderá la elección constitucional. Muy lejos quedará el 2030 para volver a intentarlo.
Eduardo Rivera, “El Príncipe” del PAN, del Yunque, de los conservadores, de la derecha y de los reaccionarios, ya no quiere saber más del 2024, le preocupa que lo involucren en problemas legales.