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El testimonio, recogido por Hernández durante años de investigación, arroja luz sobre lo que podría haber sucedido la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. La periodista explica que el narcotraficante Martín Villegas Navarrete, conocido como “El Elegante”, jefe de Guerreros Unidos, ordenó la captura de los estudiantes, creyendo que transportaban un cargamento valioso en los autobuses que habían tomado.

El testimonio que cambiaría la narrativa

Según el relato, los estudiantes fueron confundidos con miembros de un cártel rival. El jefe criminal, alarmado por la posibilidad de perder su mercancía, dio la orden de atacar los autobuses. Sin embargo, el caos estalló cuando el enfrentamiento escaló, involucrando a fuerzas de seguridad locales y federales.

“El jefe no quería perder la mercancía. Nos dijo que fuéramos a ver qué pasaba y actuáramos si era necesario”, narra el testigo en una grabación revelada por la periodista. Este individuo detalla cómo los estudiantes, sin saberlo, fueron atrapados en medio de una operación del narcotráfico.

¿Cómo ocurrió la desaparición?

El relato describe cómo los estudiantes fueron llevados a diversas "casas de seguridad" antes de ser ejecutados. “Cuando recuperamos la mercancía, la orden fue darle piso a todos los que estaban ahí”, dice el testigo. Este tipo de detalles escalofriantes, revelados en el podcast, desafían la versión oficial del caso.

Hernández destaca la conexión entre el ejército mexicano y los narcotraficantes en este episodio trágico. A lo largo de su investigación, ha encontrado evidencias de que miembros de las fuerzas armadas participaron activamente en los hechos. Según el testimonio revelado, los estudiantes fueron entregados a miembros del ejército, quienes estaban infiltrados como civiles en la zona. Esto podría explicar la confusión que condujo a la tragedia.

La participación de “El Elegante”

Otro personaje clave en esta historia es Martín Villegas Navarrete, alias “El Elegante”, un narcotraficante vinculado a Guerreros Unidos, quien, según los testimonios, estaba detrás de la logística del transporte de drogas en los autobuses de los estudiantes. Villegas habría ordenado la persecución de los jóvenes al creer que su valiosa carga de drogas estaba en peligro.

Anabel Hernández explica que este personaje tenía conexiones profundas con las fuerzas de seguridad, lo que facilitó el encubrimiento de los hechos. El testimonio apunta a que el ejército y la policía local actuaron en complicidad con el narcotraficante, protegiendo sus intereses mientras los estudiantes fueron víctimas de la brutal violencia.

¿Qué sigue para la investigación?

El testimonio revelado por Hernández ofrece una nueva perspectiva que podría influir en la forma en que las autoridades mexicanas investigan el caso. Sin embargo, la periodista también advierte que hay poderosas fuerzas interesadas en que la verdad no salga a la luz. La red de complicidad entre el crimen organizado y las instituciones públicas sigue siendo un obstáculo importante para la justicia.

Este testimonio inédito es una pieza clave en el rompecabezas de Ayotzinapa, y aunque aún falta mucho por descubrir, Anabel Hernández sigue firme en su compromiso de llevar la verdad a las familias de los 43 normalistas.