Agregó que el gobierno ya no va a ser un comité al servicio de una “minoría rapaz” porque representará a ricos, pobres, creyentes, libres pensadores y a todas las y los mexicanos, esto al margen de ideologías, orientación sexual, cultura, idioma, lugar de origen, nivel educativo o posición socioeconómica.
“Cuando terminó el sexenio del presidente Fox la deuda publica era de 1.7 billones de pesos, cuando dejó el gobierno Calderón aumentó a 5.2 billones; es decir, más del 200 por ciento (…) Ahora la deuda es de 10 billones, nada más para pagar el servicio de esa deuda tenemos que destinar del presupuesto del próximo año alrededor de 800 mil millones. Que se oiga bien y que se oiga lejos, tampoco vamos a endeudar al país”, dijo.
Agregó que su administración no gastará más de lo que ingrese a la Secretaria de Hacienda Pública, se respetarán los contratos suscritos por los gobiernos anteriores, pero no habrá más corrupción ni influyentísimo en negociaciones con empresas particulares.
En este sentido, López Obrador recordó que promovió una ley para convertir la corrupción en delito grave, “que, aunque parezca increíble no lo era”.
Finalmente, se comprometió a no robar y no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer recursos del erario o hacer negocios al amparo del poder público, subrayó que si sus hijos, esposa y seres queridos incurren en actos de corrupción, "deberán ser juzgados como cualquier otro ciudadano".
“Yo solo respondo por mi hijo Jesús, porque es menor”, finalizó.