Peña Nieto y el PRI buscan terminar de aplicar la reforma energética lo que pone en peligro los mantos acuíferos de México facilitando la contaminación por Fracking, alertaron activistas.

Según el ingeniero petrolero Fabio Barbosa Cano, opositor al Fracking, Peña Nieto trabaja para dejar listas una serie de reglamentaciones que permitirían la contaminación de los mantos freáticos y el encarecimiento del agua.

La táctica tiene dos vías, asegura Proceso: Aprobar la Ley General de Aguas para concretar la extracción de gas natural conocida como Fracking, método que incluso fue prohibido en Estados Unidos por las implicaciones a la salud y el medio ambiente; y proteger las inversiones con la Ley de Seguridad Interior, con la posibilidad de reprimir la protesta social.

Se dice que el borrador de la Ley General de Aguas ya está en borrador, elaborada por el diputado priista José Ignacio Pichardo Lechuga, mexiquense presidente de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento.

En esa ley se apunta a la privatización del agua, la entrega de concesiones a perpetuidad y el aumento de tarifas para uso doméstico, en las cuales se incluirán los costos, la inflación y la utilidad del organismo operador, que puede ser una empresa, el municipio o una asociación de ambos, según el análisis que hizo la Coordinadora Nacional Agua para Todos.

Tal borrador es una calca de la llamada “Ley Korenfeld” –así llamada por su promotor, el entonces director de la Comisión Nacional del Agua, el priista David Korenfeld– que en marzo de 2015, a punto de concluir la anterior Legislatura, el PRI intentó imponer en San Lázaro.