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Puebla, Pue.— En un ambiente de entusiasmo y energía, el gobernador Alejandro Armenta encabezó este sábado la Clase Masiva de Box desde la plancha del Zócalo de la ciudad de Puebla, acompañado por el presidente municipal de Puebla, Pepe Chedraui y la titular de la Secretaría del Deporte y Juventud, Gabriela “La Bonita” Sánchez.
Desde el escenario instalado frente al Palacio Municipal, el mandatario poblano afirmó que su gobierno está decidido a hacer de este sexenio “el sexenio del deporte”, una visión que, aseguró, ya se refleja en políticas públicas concretas como la creación de la Universidad del Deporte y la propia Secretaría del Deporte y Juventud, únicas en su tipo a nivel nacional.
Armenta subrayó que impulsar el deporte es apostar por el desarrollo humano, por lo que su administración priorizará acciones que beneficien a los jóvenes de los 217 municipios del estado, con el objetivo de alejarlos de las adicciones, la violencia y la marginación.
La Clase Masiva Nacional de Box —una iniciativa que forma parte de la estrategia deportiva impulsada por la presidenta Claudia Sheinbau-, busca convertir al deporte en una herramienta transversal de transformación social. En este marco, Puebla se sumó a la jornada simultánea con una nutrida participación ciudadana, entrenadores locales y atletas de alto rendimiento.
Entre los asistentes destacaron personalidades del deporte y la vida pública como José Luis Sánchez Solá “Chelís”, el secretario de Salud del estado, Alberto Olivier Pacheco, y la directora de Convenciones y Parques, Anette Michelle Talavera Herrera.
Gabriela “La Bonita” Sánchez agradeció a las y los poblanos por su entusiasmo y presencia, resaltando que eventos como este permiten tejer comunidad, fomentar valores y brindar alternativas de vida saludables para niños y jóvenes.
En un momento especial del evento, el gobernador aprovechó para felicitar públicamente al alcalde capitalino Pepe Chedraui por su cumpleaños, arrancando aplausos y las tradicionales mañanitas.
Con música, entrenamientos grupales, combates simulados y el eco de cientos de guantes golpeando al aire, el Zócalo de Puebla se transformó por el especio de cerca de una hora en un centro de activación física colectiva.