Tony Green organizó una reunión familiar en Dallas (Texas) con sus padres y sus suegros para celebrar el nacimiento de un nieto. Días después, catorce de los invitados a esa fiesta dieron positivo a las pruebas de coronavirus. Aunque la mayoría pudo recuperarse, una mujer perdió la vida y uno más todavía se encuentra entubado a un ventilador.
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Antes de la reunión, Tony Green, de 43 años, era un ferviente seguidor de Donald Trump que sostenía que la pandemia de coronavirus era una farsa. “Creía que los medios de comunicación y los demócratas lo usaban para crear pánico, colapsar la economía y destruir las posibilidades de reelección de Trump.”
“No pueden imaginar mi culpa por haber sido un negacionista, sin tomar ningún cuidado durante esta pandemia, burlándome de aquellos que usan máscaras y mantienen el distanciamiento social. No pueden imaginar mi culpa al saber que mis acciones convencieron a nuestras dos familias de que era seguro cuando no lo era.”
El señor Green escribió una pieza editorial en una publicación local para generar conciencia sobre los peligros de ignorar la crisis sanitaria y para pedir ayuda a nombre de su suegro, Rafael Ceja, internado en un hospital con un respirador artificial.
El 13 de junio, Tony Green invitó a su familia y a la de su pareja a una reunión para celebrar la llegada de un nuevo nieto. Los suegros de Green viajaron desde Austin hasta Dallas, luego de meses de no verlos en persona por el confinamiento.