Italia está viviendo grandes cambios desde llegada de Matteo Salvini, que ha impulsado medidas nunca vistas hasta ahora en la política italiana. Y si bien algunas decisiones generan acalorados debates, otras han sido muy aplaudidas por la gran mayoría de ciudadanos. Es el caso de la flamante decisión de poner a trabajar a los presos para que “sean útiles a la sociedad”.
Vestidos con ropa de trabajo de color naranja y azul, y equipados con mangueras, palas y herramientas especiales, los presos seleccionados se encargan de limpiar las calles, desagües, tapar agujeros, grietas y hacer que las calles de Roma tengan una mejor imagen.
Todos son reclusos de bajo riesgo, seleccionados para este trabajo, y que han recibido un curso previo para operar con asfaltadoras impartido por responsables de la concesionaria de autopistas Autostrade per l’Italia, de la familia Benetton.
La concesionaria, filial de Atlantia, también proporciona los equipos y herramientas necesarias para la tarea, que los presos desarrollan de forma voluntaria y gratuita, y bajo la supervisión de policías y agentes de seguridad.