La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) alertó hoy de las "consecuencias catastróficas" de la escalada de la violencia en el campo de refugiados de Al Yarmuk y sus alrededores, en el sur de Damasco.

"Al Yarmuk y sus habitantes han aguantado un dolor y un sufrimiento indescriptibles a lo largo de años de conflicto. Estamos profundamente preocupados por el destino de miles de civiles, incluidos refugiados palestinos, después de más de una semana de un aumento dramático de la violencia", dijo el comisionado general de la UNRWA, Pierre Krähenbühl, en la nota.

El reciente aumento de las hostilidades ha causado muertos y heridos y ha provocado el desplazamiento de unos 5.000 civiles de Al Yarmuk hacia el vecino barrio de Yalda, de los que 3.500 son refugiados palestinos, indica el texto.

No obstante, todavía hay civiles atrapados en el campo que necesitan de forma acuciante un corredor seguro para salir.

Por otro lado, las familias que han logrado alcanzar Yalda se han visto obligadas a dormir en la calle o en refugios temporales.

La UNRWA agregó que hay informaciones que apuntan que miles de casas han sido dañadas por los intensos bombardeos y disparos de artillería en Al Yarmuk.

De hecho, el último hospital que queda en el campo no está operativo, mientras que no hay médicos en la zona y las opciones para obtener asistencia sanitaria son muy limitadas y casi inexistentes.

Por ello, la agencia de la ONU renovó su llamamiento "urgente" a todas las partes implicadas en la violencia para que ejerzan la "máxima contención" para garantizar que los civiles quedan fuera de las hostilidades y evitar daños innecesarios en la infraestructura.

Asimismo, instó a que se garantice un corredor seguro para los residentes de Al Yarmuk que deseen abandonar el campo y sus alrededores y para la evacuación de ancianos, enfermos y heridos.

Desde hace una semana, las fuerzas gubernamentales sirias desarrollan una ofensiva en Al Yarmuk y sus inmediaciones contra posiciones del grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Dos tercios del campo están en poder del EI y del Organismo de Liberación del Levante (la exfilial siria de Al Qaeda), que también se está enfrentando a las autoridades.