Hoy en día existe sin duda un reconocimiento generalizado de que la trata de personas es una violación flagrante a los Derechos Humanos de mujeres, niñas, niños y adolescentes, es una violación grave del derecho al trabajo, a la educación, a la libertad, a la salud, al a una vida libre de violencia, sin esclavitud, tortura ni otros tratos inhumanos y degradantes.
La forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, pero también cientos de miles de víctimas son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para el control de las Drogas y la Prevención del Delito (ONUDD), y el Reporte de Trata de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos de América, México está catalogado como fuente, tránsito, y destino para la trata de personas, para los propósitos de la explotación sexual comercial y de trabajo forzado.
Los datos globales consignan que el 50 por ciento de las personas eran víctimas de explotación laboral, mientras que el resto eran sometidas a explotación sexual.
Las víctimas, en su mayoría mayores de edad (88 por ciento) son en un 54 por ciento de nacionalidad extranjera, sin embargo nadie esta exento de ser victima de la trata de personas.