“¿Quién demonios quiere hablar de política cuando estoy frente a los Boy Scouts?”, dijo el presidente Donald Trump cuando empezó a dirigirse a la reunión de la organización en Glen Jean, Virginia Occidental.
Pues, aparentemente, él mismo, porque poco después empezó a despotricar contra sus enemigos favoritos: los 'fake news', Obamacare y Hillary Clinton. El presidente incluso amenazó (quién sabe si en serio) a su secretario de Salud, Tom Price, con despedirlo si no logra que la ley de salud sea derogada.
El altamente politizado discurso con el que el presidente rompió 70 años de protocolo generó tanta sorpresa y molestia entre muchos de los padres de los 40,000 asistentes al encuentro, que Boy Scouts de EEUU tuvo que publicar un comunicado distanciándose de las palabras de quien ejerce como su presidente honorario, aunque sin nombrarlo.
“Los Boys Scouts de EEUU son completamente no partidista y no promueven ninguna posición, producto, servicio, candidato o filosofía política (…) La invitación a visitar el Jamboree Nacional es una larga tradición y de ninguna manera respalda algún partido político o políticas específicas”.
El Jamboree se realiza cada cuatro años y reúne a miles de chicos y chicas exploradores entre los 12 y 18 años, una edad delicada en la que las opiniones políticas están en plena formación, aunque todavía los muchachos no puedan ejercer sus derechos, como el voto.