Este día la arquidiócesis de Puebla informó sobre el fallecimiento del padre Félix González Díaz a consecuencia de un cuadro clínico de diabetes, pero que al final de cuenta se ha sumado a los hombres de Dios que se han ido en este año, la mayoría de ellos por Covid-19.
Cabe mencionar que el prelado Félix nació el 18 de mayo de 1936 en Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala. Siendo adolescente, ingresó al Seminario Menor, que entonces se encontraba en Apetatitlán, Tlaxcala y fue trasladado el 20 de diciembre de 1948, donde cursó los estudios de filosofía; realizó su año de servicio en la escuela apostólica y aprobó satisfactoriamente su formación de teología.
Fue ordenado sacerdote por monseñor Octaviano Márquez y Toriz el 17 de julio 1960 a la edad de 24 años, cuando Tlaxcala acababa de convertirse en diócesis, por lo que automáticamente quedó incardinado a Puebla.
Fue Ceremoniero de la Catedral, cargo que desempeñó a lo largo de quince años; ayudaba en las confesiones y acompañaba al obispo a las visitas pastorales. Fue profesor del Seminario Palafoxiano, donde impartió clases de liturgia y fue luego enviado al Centro de Pastoral Litúrgica de Medellín. También fue enviado a estudiar la licenciatura en teología dogmática en la Universidad Gregoriana de Roma. Fue invitado a colaborar como profesor de sacramentaria en la Universidad Pontificia de México.
En 1986, Monseñor Rosendo Huesca lo nombró Vicario Episcopal de la Zona Urbana, cargo que ocuparía hasta la llegada de Mons. Víctor Sánchez Espinosa, quien lo designaría como canónigo del Cabildo Catedralicio. Además fue capellán de las madres contemplativas Capuchinas, fue párroco en Nuestra Señora de los Desamparados de 1989 a1991; perito de la Comisión Nacional de Liturgia y Presidente de la Comisión Diocesana de Pastoral Litúrgica en Puebla.
