Imagina que vas a presentar un trabajo que llevas meses preparando. Para ello, llevas el mejor look posible, con un vestido de alta costura y un maquillaje y una peluquería que te dan un aspecto inmejorable. Y haces esa presentación ante cientos de personas, la mayor parte de ellas armadas de cámaras profesionales, el 100% de ellas con móviles, que están inmortalizando ese momento para la posteridad. ¿Acaso a ti no te embargaría la emoción y romperías a llorar? Pues justo eso le ha sucedido a Kirsten Dunst sobre la alfombra roja de Cannes.
La actriz presentaba The Beguilded, dirigida por Sofia Coppola y protagonizada junto a Nicole Kidman, Colin Farrell y Elle Fanning. No era, ni mucho menos, el primer estreno para Kirsten (es actriz desde que era solo una niña); tampoco su primera vesz en la Croisette. Pero le pudieron las emociones, la presencia de los fotógrafos, los curiosos y hasta de sus propios compañeros y rompió a llorar. Nos gustaría saber quién firmaba su maquillaje porque éste permaneció indeleble a pesar de las lágrimas.
Kirsten Dunst es divina. Pero también humana. Y lo ha demostrado con esta escena tan emotiva. Nuestro momento favorito es cuando comienza a abanicarse con las manos para evitar que el desaguisado que le podían ocasionar las lágrimas fuera a más.