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Precisamente uno de los detalles de su último tema iba dedicado al padre de su expareja, de quien decía que no pisa sepultura. Todo enmarcado dentro una especie de corrido mexicano al alimón con el grupo Fuerza Regida de un claro carácter social, de reivindicación laboral. De ahí su nombre: ‘El jefe’.

Pero parece que la letra de la canción se le ha vuelto en contra a la colombiana. Si bien aparece, tanto en esta como en el videoclip, Lily Melgar, la niñera de sus hijos a la que Piqué no le habría pagado la indemnización tras poner a la de Barranquilla sobre la pista de sus deslealtades, otros de los empleados no tendrían la misma buena relación con la cantante.
Los testimonios
Así, una de las bailarinas de la artista ha hablado en el canal de YouTube La Saga y la ha acusado de dejarle a deber dinero: “Hice 12 fechas y no me pagó, y te voy a decir algo, hubiera trabajado con ella sin goce de pago, pero la manera en la cual nos trató a las bailarinas… He trabajado con gente muy exitosa, artistas reconocidos, y eran agradecidos. Ella nos volteaba la cara, jamás nos dio las ‘gracias’ por nada. Nos regañaba mucho y nos sacaba del escenario porque no quería que apareciéramos con ella en las pantallas grandes”, ha dicho Jenny García, quien formó parte del cuerpo de baile de la colombiana.

“En los descansos, les decía a los de seguridad: ‘¿Qué hacen aquí las bailarinas? Quítamelas de ahí, no, no, no…”. Una experiencia que le hizo perder “el respeto por ella”.

Es más, se queja de que la cantante las habría echado de su camerino porque necesitaba ir al baño: “Mi amiga estaba en tanga y yo tapándome mis chichis [pechos] con las manos. Nos echaron al pasillo. Pasaban los de seguridad, pasaban los de la prensa, pasaba todo mundo y yo volteaba al verlos muy incómoda. Les pedí a los de seguridad que nos dejaran pasar a vestirnos y nos dijo ‘No, que la señora se molesta’”.

Más quejas
El periodista Javier Ceriani contaba también esta semana en Espejo Público cómo el trato que la cantante dispensaba a otros empleados, como una de sus trabajadoras del hogar, pareja de su chófer. “Ellos se quejan de que para Shakira no había fin para el trabajo. Eran diecisiete horas, cocinar para muchísima gente… Un domingo habían cocinado para diecisiete personas y ella [Shakira] quería que se calentase un pollo a las 2 de la mañana y le dijo: ‘No puedo más, no voy a hacerte el pollo’. Ella, automáticamente, los echó a las 6:30 horas y los dejó en la calle”.

“Para poder hacer esta canción, la de ‘El jefe’, Shakira tuvo que pagarle a toda la gente que tuvo en toda su vida como empleados, incluida esta mujer, Lily, le pagó casi hasta un millón de dólares. Tuvo que pagar todas las deudas para poder acusar, ahora sí, a Piqué, de ser el tacaño”, apuntaba Ceriani.

“Hubo una excoordinadora de talentos que armaba los videoclips de Shakira que decía que no se le podía mirar a los ojos en determinados momentos, que no quería otras chicas lindas o parecidas a ella en los vídeos. Con la casa lo que pasaba es que no tenía fin, los empleados vivían en esa casa, no tenían seguro médico, no tenían estatus legal. Tenían que ser, no digo esclavos, pero era o regresar a Colombia o trabajar a merced de ella, que es cocinar en cualquier momento, atender a todos los que venían a trabajar…”, agregaba.