Quizás sólo las relacionadas con la técnica… si es que consiguen descifrar las notas que el director dejó en guiones, fotos y storyboards originales que se pueden ver. Tal vez, si se entiende de cámaras, lentes, iluminación y azares tecnológicos, se puede deducir cómo es que el multigalardonado cineasta consiguió crear sus asombrosas atmósferas. Pero la intención de esta exposición no es esclarecer la obra de Kubrick, sino presentarnos una parte de su compleja forma de intentar llegar a la perfección.
Desde sus años como fotógrafo de Look y sus primeros filmes, el creador de Miedo y deseo no desatendió las temáticas propias de su época, pero sí logró desmarcarse al mostrar esa ansia de perfeccionismo que lo llevó a ser uno de los pioneros en el desarrollo de técnicas de iluminación que pueden apreciarse en filmes como Barry Lyndon.
Claro, si llegamos a la cinta enmarcada entre velas y aires del siglo XVIII, ya nos saltamos joyas como Patrulla Infernal, Dr. Insólito y Full Metal Jacket, filmes en los que se aborda la guerra desde diferente perspectiva. La primera tocando los horrores de ella; la segunda, ofreciendo una delirante comedía nuclear y, la última, como pauta de lo que después haría Francis Ford Coppola con la Guerra de Vietnam, en Apocalipsis Ahora.
Soldados, gladiadores, drogos y ninfetas, son unos de los personajes que perfectamente habitan en las atmósferas logradas en cada una de las salas dedicadas para las 13 películas que conforman el universo de Kubrick, donde el terror, el erotismo, la rebeldía y la filosofía existencial son materializadas, en su mínima forma, a través de las más de 900 piezas que se exhiben.
Quienes se avienten el recorrido de forma cronológica, podrán percibir cómo la creatividad de Kubrick siempre estuvo latente y fue en ascendencia, para explotar en su más preciosa expresión con 2001: Odisea del Espacio, cuya espacio dedicado es majestuosamente sonorizado con las notas de Así habló Zaratrusta de Richard Strauss.
Lolita, Espartaco, Naranja Mecánica, El resplandor, Ojos bien cerrados, cada persona podrá tener su favorita de Kubrick, pero la visita a esta exposición alimenta el interés por ver y rever toda la filmografía del artista que se quedó (y nos dejó) con las ganas de una megaproducción dedicada a Napoleón Bonaparte, uno de los personajes que más obsesiono al cineasta.
Stanley Kubrick y la fotografía. Stanley Kubrick y el documentalismo. Stanley Kubrick y el film noir. Stanley Kubrick y la guerra. Stanley Kubrick y el erotismo. Stanley Kubrick y el terror. Stanley Kubrick y la literatura. Stanley Kubrick y la psicología. Stanley Kubrick y la ciencia ficción. Stanley Kubrick y el perfeccionismo. Stanley Kubrick y el espacio. El perfecto universo creado por Stanley Kubrick en la Cineteca.
