La primera esposa de Paul McCartney, la fotógrafa y animalista convencida Linda McCartney, fundó hace más de 25 años una compañía especializada en comida vegetariana y vegana. Desde su muerte, todo el famoso clan ha seguido involucrado en su desarrollo, incluido el propio músico, quien ha visitado la fábrica donde se elaboran los productos en más de una ocasión. Asimismo, el exBeatle y gran defensor de los derechos de los animales sigue una estricta dieta sin carne ni productos lácteos desde hace muchos años.
Por esa misma razón no sorprende que, pese a las excéntricas demandas que suelen hacer las estrellas de la música de cara a sus conciertos, el británico haya optado en su lugar por un requisito mucho más solidario y respetuoso con el medio ambiente: que no se venda comida de origen animal en los espectáculos de su gira internacional 'One on One'.
"Mis padres están en el concierto de Paul McCartney y él ha pedido que solo haya comida vegana. ¡Un verdadero rey!", escribió este miércoles una usuaria de Twitter llamada Emily junto a una captura de pantalla de la conversación que había mantenido con sus padres por mensaje de texto y en la que estos alababan que el de Liverpool hubiera querido aprovechar su popularidad e influencia para hacer campaña en favor de esta causa.
En el caso de las dos últimas actuaciones que ofreció esta semana en el Hollywood Casino Amphitheatre de Tinley Park (Illinois), el cantante puso a disposición de todos los asistentes un menú que incluía coliflor con salsa de búfalo vegana y patatas fritas, patatas fritas con chili vegano, una ración grande de nachos también veganos y una botella de vino Dark Horse de origen californiano.
No es la primera vez que el intérprete introduce una de estas exigencias en su acuerdo para actuar en el continente americano. Ya lo hizo en 2002 antes de que arrancara su tour 'Driving' por Estados Unidos, en el que prohibió que en su vestidor hubiera muebles hechos a partir de la piel de animales o cualquier otro objeto que la imitara, y en el verano de 2013, antes de subirse al escenario del estadio de Taylor Field, en Canadá, donde pidió a los organizadores que nadie comiera carne tras bambalinas.