Dos verdaderas bombas fueron detonadas el fin de semana por el gobernador de Puebla Miguel Barbosa, quien acusó que anteriores administraciones vendían niños desde el DIF y que Martha Érika Alonso encabezaba el robo electoral en el hotel MM.
Solo un personaje, de verdad uno solo, salió a la defensa de los ex mandatarios panistas, me refiero a Pablo Rodríguez Regordosa, quien merece un reconocimiento por tener los tamaños suficientes para defender algo que parece indefendible.
El resto de los morenovallistas beneficiados guardó silencio porque todos, absolutamente todos, se enriquecieron desde las posiciones en las que fueron impuestos.
Y esos personajes no aguantarían una auditoría. Por eso callan y callarán por siempre, para evitar que su fortuna $$$$ sea investigada.
Miguel Barbosa ya envió claros mensajes de que no habrá impunidad en su gobierno y más de un ex funcionario suda frío porque cometieron todo tipo de actos de corrupción al amparo del poder.
Muchos de ellos llegaron con una mano atrás y otra adelante y salieron aventando billetes en sus viajes y presumiendo las millonarias propiedades que adquirieron, lo que evidentemente es enriquecimiento ilícito.
Panistas se disputan el CDM del PAN
A propósito de panistas da pena ajena la rebatinga que entre ellos exhibieron al disputarse la presidencia del comité directivo municipal del PAN.
Y es que muchos de ellos, pupilos de Rafael Moreno Valle, creen que será fácil recuperar la presidencia municipal de Puebla y ganar las diputaciones locales en el 2021, tras la debacle que sufre día a día a nivel nacional la marca de Morena.
Los panistas andan huérfanos desde la muerte de sus verdugos y amos y no encuentran rumbo para lograr unir sus intereses y dar la batalla como en elecciones pasadas.
Hoy ya se ve que sus amos les enseñaron a robarse las elecciones.