Lunes, 10 Junio 2024 10:21

Cosas que hace la amante de tu marido en la cama y tú no te atreves

Escrito por Redacción

A lo largo de mi vida he escuchado a cientos de mujeres preguntar: ¿Qué tiene ella que no tenga yo? refiríendose a la amante de su esposo, y es fácil no tienen pena, no escuhcan a nadie y le dicen adiós a los tabúes, cosa que a los hombres, claro, les encanta.

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No te decimos que te conviertas en una mujer sin escrúpulos, solo que antes de que una chica como esta llegue a la vida de tu pareja tú podrías ser una mejor amante en la cama.

¡Esto debes hacer!

La técnica para ser una mejor amante es sencilla, un poco de erótismo, mucho amor propio y disposición para pasarla bien en pareja.


Actitud erótica

Desarrollar una actitud erótica es clave para llegar a ser una amante que vuelva ‘loco’ de placer a su pareja en la intimidad.

Esta actitud es una disposición al placer, al disfrute, tanto de forma individual como compartida, pues el erotismo es algo que se puede vivir de diferentes maneras.

Asumir una actitud erótica permite entender que no solo se disfruta de la sexualidad con penetración o con sexo oral, sino con el contacto piel a piel, con la participación de todos los cinco sentidos, con la creatividad.

Para gozar y hacer gozar se debe tener una mente abierta, para explorar mucho más allá de lo genital; la mujer se debe conocer mejor a sí misma y a su pareja.

Autoestima y autonoconocimiento

Para ser una diosa apasionada en la cama quiera su cuerpo, valórelo. No se acompleje por el gordito, la celulitis ni porque no tenga la figura perfecta. La mayoría de personas en el mundo no tienen cuerpos perfectos y muchas lo disfrutan o lo aprovechan.

La mujer debe entender que, en general, el hombre no es un fiscal que esté mirando todo el tiempo los defectos que ella tiene.

Ellos miran lo que les gusta: la desnudez, verla mover su cuerpo, como juegan con este, con su cabello, su goce cuando está con él. Eso es, en el fondo, lo que ellos valoran y disfrutan, no tanto un cuerpo perfecto. Esa es la primer arma: empoderamiento, confianza en su cuerpo, en sí misma.


Conozca su pareja

Aunque crea que conoce mucho los gustos de su pareja en la intimidad, no pierda la curiosidad, la capacidad de exploración, porque a él le puede gustar alguna otra cosa diferente a lo que ya está acostumbrado. Y déjese usted también explorar. Él puede ayudarle a descubrir algo que ni usted sabía que le encanta.

Detalle qué es lo que más disfruta su pareja y para eso hay una cantidad de tácticas, trucos, juegos, que puede aprender asistiendo a charlas con profesionales expertos, viendo filmes, leyendo...

Es un juego de conocimiento mutuo, de comunicación corporal y demás. Es importante, por tanto, aprender a desarrollar esa habilidad para proponer y hacer cosas diferentes.

Recupere la intimidad

Muchas parejas comparten el dormitorio y la cama, pero no la intimidad, porque no se conectan. Cuando los hijos duermen uno prefiere ver Netflix y el otro mirar las redes en su Tablet.
La intimidad es desconectarse del trabajo, de los celulares, de los problemas. Es conversar, divertirse juntos, sentir que la pareja da seguridad, genera tranquilidad, es recuperar el tiempo, el espacio, el deseo de estar juntos.

La mujer no debe esperar que él siempre sea quien tome la iniciativa para intimar. Seduzca a su pareja, provóquelo con la mirada, acercándose sensualmente, atráigalo con su lenguaje corporal.

Fantasías

Una fantasía es una imagen mental de algo que a usted le gustaría hacer o que hizo y al evocarlo enciende su deseo.

En su fantasía usted puede estar con quien quiera, en donde quiera, cuando quiera y ellas son escenarios para tener variantes, hacer cosas diferentes y llegar a la acción.

Las fantasías provocan el deseo de una persona. Y cuando la mujer no siente ganas de tener sexo (cosa que pasa más en las mujeres que en los hombres) puede echar mano de ellas.

Cree sus fantasías o recupere escenas que le fueron excitantes. Dedique cinco, diez minutos a fantasear en un sitio tranquilo, cuando usted esté relajada y notará después de ello cómo querrá entregarse con frenesí a su pareja.

Evite los repelentes sexuales

Cuídese de esos estímulos negativos que hacen que se pierda el deseo sexual: malos olores en axilas, pies, zona íntima; alitosis; la ropa desgastada, los comportamientos torpes o rutinarios...

Pero además debemos mostrar otras cositas para ser la mejor en la cama

Muchas mujeres no conocen su cuerpo y mucho menos el de su marido, por ello a la hora de la pasión no saben cómo obtener placer, ni darlo.

Explore su mapa erótico

En el plano erótico masculino lo visual tiene una jerarquía sumamente importante. El hombre es más visual y se activa en cuestión de segundos observando no solamente el cuerpo, si no los movimientos del mismo. Es bueno que ella demuestre que disfruta del cuerpo de su pareja y que sabe mover su propio cuerpo para seducir al hombre desde lo visual.

Por lo visual los hombres son muy fetichistas, por eso a algunos les gusta que su mujer se adorne, que luzca determinadas prendas de cuero, de pieles, ciertos vestidos; zapatos de tacones muy altos.

También debe conocer las zonas erógenas puntuales de su pareja. Generalmente, el hombre es mucho más genital que la mujer, así que para él son muy importantes las caricias en su zona íntima y el sexo oral. También puede jugar con algunos complementos para optimizar la sensación genital como lubricantes que provocan calor, frío o picor, que funcionan para eso muy bien.

Técnicas para besar
El beso es la cuota inicial de un acto sexual. Con él demuestra hacia dónde quiere llevar el encuentro íntimo.

No empiece con un beso buscando la lengua de una, no. Lo mejor es que los besos sean de menor a mayor intensidad, que se vayan incrementando poco a poco. Empezar, por ejemplo, rozando un poco los labios (beso nominal).

O con el beso palpitante: utilizar el labio inferior para rozar el de su pareja. O el beso de contacto: recorrer con la punta de la lengua los labios del otro. Son besos sutiles para precalentar. Y luego pasar a besos intermedios, por ejemplo, con mordiscos en los labios, o con succión del labio superior o inferior.

Luego llegar a los besos intensos como el ‘beso giratorio’, en el cual las cabezas se mueven en sentido contrario. O el de ‘combate de lenguas’, donde estas son las principales protagonistas de la escena.

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