Guste o no, LeBron James es uno de los mejores de siempre en la NBA. Son tres anillos, cuatro MVP de la temporada regular y récords y más récords batidos en 14 temporadas, además de estar presente en 13 All Star Game y en 12 playoffs. Pero lo más importante no es lo que ha logrado, sino lo que pretende conseguir: siempre aspira al máximo, cueste lo que cueste.
Por eso, en el primer partido de las semifinales del Este ante Toronto Raptors no bajó ni un ápice su rendimiento. Alcanzó 35 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias en los 41 minutos que estuvo sobre la cancha. Ventilarse rivales en cuatro encuentros le permite estar fresco cuando vuelve a la acción. Su paso como un cicló por el Quicken Loans Arena no dejó indiferente a nadie, ni al entrenador del equipo canadiense.
"LeBron cambia la dinámica de todo. Es el centro de todo. Controla primero la situación, sabe donde están sus compañeros en la cancha en todo momento. Es un quarterback, un base, un tirador, un alero, lo es todo", señaló tras el partido Dwane Casey.