Con un magistral trabajo sobre del montículo de Marcus Stroman y HR de dos carreras de Ian Kinsler, Estados Unidos se coronó campeón del Clásico Mundial de Beisbol por primera vez en la historia, al derrotar a Puerto Rico 8-0 este miércoles, en una final presenciada por récord de 51.565 espectadores.
Puerto Rico se queda sin saborear la corona por segundo Clásico consecutivo, luego de caer en la final de la edición pasada ante República Dominica.
Stroman perdió el "no hitter" en el séptimo inning, cuando Angel Pagán le sonó doblete al bosque izquierdo. Pero el derecho de los Toronto Blue Jays dio espesa lechada de un hit, cinco ponches y una base por bolas, para rubricar su segunda victoria en el torneo.
Los dos primeros innings fueron un duelo de pitcheo entre los abridores Seth Lugo por los boricuas y Marcus Stroman por los locales.
En el tercero, USA dio un zarpazo de dos carreras al aprovechar titubeo de Lugo, que toleró sencillo del último bate estadounidense, el receptor Jonathan Lucroy, y cuadrangular del Ian Kinsler.
El lanzador boricua de los New York Mets se recompuso y mantuvo en tres hits a los estadounidense hasta que explotó en el quinto, cuando los del Tío Sam pisaron otras dos veces la goma para alejarse 4-0.
De nuevo Kinsler prendió la mecha con sencillo, y tras boleto a Adam Jones, anotó con cañonazo de Christian Yelich por el jardín derecho. Poco después, el mismo Yelich llegaba a la goma por sencillo al campo corto de Andrew McCutchen.
En la parte alta del séptimo, Estados Unidos remachó su obra con un racimo de tres carreras ante dos lanzadores boricuas.
Los locales colocaron la octava puntilla en el octavo inning con una última carrera después de dos outs, al combinar sencillos de Nolan Arenado y Eric Hosmer con error del campo corto Báez en tiro a primera.
Poco más pudieron hacer los boricuas en el último tercio del partido, dominados por un pitcheo que les dejó en tres hits, dos de ellos de Ángel Pagán.
Stroman se llevó la victoria y Lugo cargó con la derrota.
De esta manera, el cuadro de las Barras y las Estrellas por fin pudó coronarse en el deporte que presumen es su pasatiempo nacional, mientras que los boricuas deberán esperar otros cuatro años para intentar sacarse una vez más la espina.