Debate

En una declaración que ya causa eco en todo el mundo del pugilismo, el veterano entrenador Ignacio Beristáin, uno de los nombres más respetados del boxeo mexicano, cuestionó la legitimidad de la trayectoria de Saúl “Canelo” Álvarez, dejando entrever que su éxito podría estar vinculado a intereses externos ligados al crimen organizado.

Durante una entrevista con El Boxglero, el estratega veracruzano de 86 años, integrante del Salón de la Fama del Boxeo Internacional, abordó sin rodeos su percepción del actual entorno del boxeo profesional en México. Entre sus declaraciones más fuertes, aseguró que hay peleas cuyos resultados no convencen y que hablar contra Álvarez se ha vuelto casi imposible:

“No se puede hablar mal de Canelo porque está blindado por muchos intereses”, sentenció Beristáin.

Pero lo más delicado surgió cuando relató un episodio personal ocurrido en Jalisco, tierra natal del “Canelo”. Según Beristáin, fue interceptado por un grupo de hombres armados, quienes lo condujeron a un lugar para tomarse una foto con su jefe, a quien llamaban “el patrón”.

Beristáin narró que el encuentro fue pacífico, aunque intimidante por el contexto. “El patrón” incluso le ofreció palomitas de maíz y se comportó como un fanático común del boxeo, agradeciéndole su trayectoria y pidiéndole que “nunca pierda la humildad”. A pesar de no señalar directamente a Álvarez como parte de ese entorno, la implicación de que el boxeo podría estar manipulado desde las sombras fue contundente.

Estas declaraciones reavivan el debate sobre la credibilidad en el boxeo profesional, un deporte que históricamente ha sido vulnerable a manipulaciones, apuestas y arreglos externos. Si bien el “Canelo” ha sido uno de los grandes campeones mexicanos en la última década, su figura ha estado constantemente dividida entre la admiración popular y las dudas sobre la legitimidad de ciertos combates.

Hasta el momento, ni Saúl Álvarez ni su equipo han respondido públicamente a los señalamientos del reconocido entrenador. Sin embargo, se espera que el tema no pase desapercibido, considerando la influencia de Nacho Beristáin en la comunidad boxística nacional e internacional.

Lo cierto es que estas declaraciones ponen un nuevo foco sobre la relación entre el crimen organizado y el deporte de alto nivel en México, abriendo una conversación incómoda pero necesaria: ¿hasta qué punto se mantiene limpio el ring?