El Universal Online
Antonio Mohamed volvió a sonreír como solo él sabe hacerlo: desde lo más alto. El “Turco” lo hizo otra vez, ahora con Toluca, al cortar de tajo el sueño de América de convertirse en tetracampeón. En el infierno del Nemesio Diez, el argentino le dio a los Diablos su estrella número once, y de paso, mandó a las Águilas al abismo.
Aunque su historia reciente se ha entrelazado con derrotar al América, Mohamed negó que vencer al equipo de Coapa tenga un valor extra. “El rival es un rival grande, obviamente que enaltece, pero no tiene nada de especial, al contrario. Lo importante acá es Toluca, la institución”, explicó con firmeza. Lo suyo fue una apuesta ganadora por un proyecto que hoy lo consagra.
El “Turco” rompió con una sequía de 15 años sin título para los escarlatas y lo hizo a su estilo, con un grupo sólido y una conexión emocional con sus jugadores. “Eso es una virtud, una manera de conducir que tengo, de ser amigo de los futbolistas”, explicó. Y esa fórmula de cercanía dio resultado, sobre todo en los momentos más apretados de la Liguilla.
La final fue cerrada, tensa y decidida por detalles. Pero Mohamed ya la había visualizado. “Ayer estuvimos practicando ese mismo arco… Practicamos tirar el segundo palo fuerte”, confesó sobre el trabajo táctico previo.
En medio del festejo, el técnico argentino no se olvidó de reconocer al rival y su estratega. “André Jardine es un entrenador de primer nivel… creo que era el rival más difícil que nos podía tocar”, admitió. Aun así, dejó claro que el nuevo reto es hacer de los Diablos un habitual en estas instancias.
El contrato de Mohamed termina en diciembre y por ahora, no tiene claro qué ocurrirá. “Disfrutaré. Y después veremos. Estoy muy contento acá”, dijo con una sonrisa. Sin comprometerse al futuro, dejó la puerta abierta para seguir, aunque sabe que este tipo de éxitos pesan a la hora de decidir.