El "kaiser" del futbol alemán, Franz Beckenbauer, se despidió como columnista del diario "Bild", el más leído de Europa, con un artículo en que rechaza las acusaciones de corrupción en la adjudicación del Mundial 2006 a Alemania.
"Alemania no compró el Mundial. Ni quisimos corromper a nadie ni corrompimos a nadie", afirma Beckenbauer, quien fue presidente del comité organizador del torneo y una figura clave en el caso.
La leyenda del futbol alemán afirma no poder dar explicaciones más concretas sobre el asunto, con el argumento de que el asunto está sujeto a las investigaciones de la Justicia alemana y suiza, con la que "naturalmente estoy cooperando".
Hasta que las correspondientes fiscalías cierren el caso no puede "por respeto a las autoridades", dar más detalles del caso, añade.
La Justicia suiza tiene abiertas investigaciones contra él, los expresidentes de la Federación Alemana de Futbol (DFB), Theo Zwanziger y Wolfgang Niersbach y su exsecretario general, Horst R. Schmidt, por sospechas de corrupción, malversación y lavado de dinero.
Las investigaciones se apuntalan en un pago de 6,7 millones de euros por parte de la DFB al entonces jefe de Adidas, Louis Dreyfus, por conceptos no aclarados y que no fue correctamente registrado en la contabilidad de la organización.
Hasta ahora, no se sabe tampoco a qué obedeció ese pago, que según informes internos encargados por la DFB fueron transferidos desde una cuenta de Beckenbauer a otra de Qatar que gestiona el exfuncionario de la FIFA Mohamed bin Hammam.
Beckenbauer, de 71 años y desde hace 34 columnista del "Bild", fue operado a principios de septiembre del corazón y se le implantaron varios marcapasos.
Beckenbauer vive en Salzburgo (Austria) con su tercera esposa, Heidi, y los dos hijos que ha tenido en común en este matrimonio, de 16 y 12 años.