Los Raiders, como impulsados por el coraje hacia Antonio Brown, tuvieron una primera serie ofensiva perfecta. Derek Carr, quien en la semana se negó a hablar de lo ocurrido con AB, no falló un sólo envío para abrir el partido y el ataque culminó con un pase de anotación de 8 yardas para Tyrrell Williams.
Joe Flacco y su ofensiva no encontraron el antídoto para la defensiva de Paul Guenther, en cambio, los Malosos volvieron anotar en la primera mitad. Luego de una larga serie ofensiva, el corredor novato Josh Jacobs rompió el plano con un acarrero de dos yardas.
Aún con tres tiempos fuera, Denver apuró su serie ofensiva para intentar irse al medio tiempo con puntos en su tablero. Pero un castigo en la penúltima jugada los retrasó 10 yardas, lo cual dejó sin posibilidades de un gol de campo al pateador McManus, quien de igual forma lo intentó desde 64 yardas: la dirección fue correcta, pero en la distancia se quedó apenas corto.
Comenzando el tercer cuarto, el silencio se apoderó del coliseo cuando el esquinero de los Raiders se quedó tendido en el césped tras una jugada que le ocasionó una aparente lesión de nuca o cabeza. Por aproximadamente 15 minutos estuvieron las asistencias en el terreno de juego, hasta que sacaron al jugador, directamente al hospital. Gareon Conley levantó el pulgar de su mano, en señal de que todo estaría bien, ante los aplausos de la afición.